Aumenta las defensas de tu hijo con diez consejos prácticos

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¿Cómo funcionan las defensas de tu hijo?

Cuando decimos «defensas», nos referimos al sistema inmune. El sistema inmunitario de los niños, al igual que el de los adultos, está compuesto por glóbulos blancos (linfocitos) que luchan contra los patógenos. Así es como el sistema inmune mantiene sano el organismo.

Cuando el sistema inmunitario vence a un patógeno, lo recuerda para que las células inmunitarias puedan reaccionar de forma más rápida y eficaz la próxima vez. Así es como el sistema inmune se vuelve cada vez más fuerte a medida que tu hijo crece. ¿Quieres darle un empujoncito al sistema inmunitario de tu hijo? Aquí encontrarás consejos para reforzar sus defensas.

  

1. Come fruta y verdura de colores

No hay duda de que a tu hijo le viene fenomenal un poco de color en los días más oscuros. ¡Pues pónselo sobre todo en el plato! Las frutas y verduras de diferentes colores están llenas de vitaminas y minerales. Estos nutrientes son buenos para el sistema inmune. Consejo: ¡hazle a tu hijo un arcoíris en la fiambrera con tomates rojos, zanahorias naranjas, pimiento amarillo, pepino verde, arándanos azules y frambuesas rojas!

2. Suficientes proteínas

Es importante que los niños tomen suficientes proteínas. Las proteínas desempeñan un papel importante en las defensas. Las células y las sustancias mensajeras del sistema inmunitario están compuestas en su mayoría por proteínas. También son necesarias para fabricar anticuerpos, que sirven para combatir los patógenos. Así que si tu hijo parece tener las defensas bajas, mira si está comiendo suficientes proteínas. Alimentos ricos en proteínas son los huevos, la carne, las aves y el pescado.

3. La resistencia comienza en el intestino

¿Bacterias? Sí, pero para el intestino. Es posible que nunca lo hubieras pensado, pero el intestino influye mucho en la capacidad de resistencia de tu hijo. Y es que la mayor parte de las defensas se encuentran en esta parte del cuerpo. ¿Cómo cuidar el intestino de tu hijo? ¡Con bacterias saludables! Las bacterias saludables se encuentran en el yogur, el kefir, el té kombucha y la miel. Suena a buena receta para un desayuno, siempre y cuando le añadas algo de fruta, claro.

4. Salud con vitamina C

Al comer fruta y verdura, tu hijo obtiene vitamina C, la consabida vitamina de las defensas. Esta vitamina ayuda a fabricar glóbulos blancos, que son importantes para combatir los patógenos. La puedes encontrar en frutas y verduras como:

  • Cítricos
  • Kiwis
  • Fresas
  • Pimientos
  • Brócoli
  • Espinacas

5. Pescado para las defensas

El pescado es imprescindible para tener una buena resistencia. Y es que contiene omega 3, que posee efecto antiinflamatorio. Además, el omega 3 reduce la producción de citoquinas inflamatorias. Las citoquinas son sustancias que las células utilizan para comunicarse entre sí. Por eso el omega 3 es tan importante para reforzar el sistema inmunitario de los niños. Estos ácidos grasos se encuentran en el pescado azul y otros alimentos del mar. ¡Así que incluye más salmón en el menú! También es bueno para lograr una buena concentración. ¿Quieres saber más sobre concentración y memoria? Haz clic aquí.

6. Luz del sol

La vitamina D es importante para que funcione bien el sistema inmune. La falta de este nutriente puede aumentar el riesgo de contraer resfriados, gripe e incluso coronavirus. La piel fabrica la vitamina D cuando la luz del sol incide directamente sobre ella. Ahora que ya se ha acabado el verano, los niños reciben menos luz solar en la piel, así que producen menos vitamina D. Por eso es importante que todos los días salgan a jugar o a dar un paseo otoñal. El pescado azul y los huevos también llevan vitamina D, pero en menor cantidad.

7. Zinc

El zinc es importante para las defensas de tu hijo, porque tiene un papel en el desarrollo y el funcionamiento del sistema inmune. El zinc influye sobre todo en las células inmunitarias que responden primero cuando un patógeno penetra en el organismo. La carencia de zinc está relacionada con una mayor vulnerabilidad a los virus. El zinc se encuentra principalmente en:

  • Marisco (sobre todo ostras)
  • Frutos secos y semillas
  • Carne

8. Selenio

El selenio es un mineral que funciona como antioxidante. Los antioxidantes protegen el cuerpo de los radicales libres. Estos son partículas que provocan daños en nuestras células y tejidos. Si se mantiene a raya la cantidad de radicales libres, hay menos probabilidades de inflamación. Además, el selenio es necesario para mejorar la salud y el funcionamiento de las células inmunitarias. Esto refuerza la efectividad del sistema inmune. La falta de selenio también está relacionada con una mayor propensión a las infecciones víricas.

El selenio se encuentra en:

  • Pescado de mar
  • Semillas
  • Frutos secos (sobre todo nuez de Brasil)

9. Equinácea

La equinácea se utiliza por sus propiedades medicinales. Se sabe que esta planta ejerce un efecto positivo sobre el sistema inmune. Y es que la equinácea estimula la producción y la actividad de las células inmunitarias. Con la equinácea se puede preparar una deliciosa infusión. Así es el doble de beneficiosa en el frío periodo invernal.

10. Ginseng

El ginseng se emplea en la fitoterapia tradicional, ya que es bueno para el sistema inmune. ¿El motivo exacto? Su capacidad de estimular la producción de glóbulos blancos. Esto es importante, ya que son la base del sistema inmunitario. Por eso son muy necesarios para aumentar las defensas de tu hijo. En la cocina asiática, la raíz de ginseng se utiliza en platos como sopas, pero también se puede tomar en infusión. Consejo: dale a tu hijo una taza calentita de infusión de ginseng antes de acostarse.

  

Conclusión

En otoño es importante reforzar las defensas de tu hijo. La forma de hacerlo es tomar suficientes vitaminas y minerales, ya que tienen un papel importante en las reacciones inmunes. Por tanto, come suficiente fruta y verdura. También las bacterias saludables mejoran las defensas. Las puedes encontrar en el yogur, el kefir, el té kombucha y la miel. El pescado contiene proteínas, ácidos grasos omega 3, selenio, zinc y una pequeña cantidad de vitamina D. Prácticamente un todo en uno. Para mantener unos buenos niveles de vitamina D, lo mejor es salir a la calle todos los días. También viene bien en otoño comer platos asiáticos calientes con ginseng. Y no te olvides de la infusión de equinácea. ¡Así tu hijo pasará un otoño tranquilo!